sábado, 30 de junio de 2012

Segundo capítulo


Al fin y al cabo somos las mismas

A menudo amigas me piden opinión de como deben ir vestidas para alguna celebración especial, algún día cuando quedan con un chico o simplmente para salir de fiesta. No puedo negar que me encanta que me pidan consejillos.
No tenemos el mismo estilo, de hecho seguro que ni les gusta el mio, pero nos solemos fiar de las opiniones de las amigas para consejos básicos: ¿si llevo el vestido muy corto y con escote quedará bien? NO, las reglas del equilibrio no se tocan, si a algo le falta tela bajo por supuesto que no le puede faltar por arriba; ¿pantalón o falda para la noche? Depende la ocasión, personalmente me encantan los vestidos, pero los pantalones son muy elegantes; ¿por la noche colores oscuros? Si es invierno definitivamente SI, y si es verano mejor meterle al look algo de colorido...

Pues de esas preguntas, miles nos hacemos juntas.
Confiamos muchos en la opinión del grupo de amigas. Somos muy diferentes pero nos llevamos fenomenal, cada una tenemos un estilo único.
Pero el problema viene cuando por muchos consejos que demos aparece "la paranoia bloqueo", me explico:

¿Nunca habeis tenido de esos días en los que te miras al espejo y te ves horrible te pongas lo que te pongas? La mente se apodera de ti, no te deja pensar con claridad, y lo único que pasa es que estamos bloqueadas. Es fatal. Te pruebes camisetas ceñidas, anchas, faldas, shorts, un vestido del mercadillo o el magnífico vestido rojo que llevó Julia Roberts en Pretty Woman, jamás te veras cómoda y guapa. Además si sales de casa acompañada con "la paranoia bloqueo", te sientes,a disgusto contigo misma y estas todo el rato de los nevios pensando en: me debería haber puesto otra cosa.

Seguro que muchas sabeis de lo que hablo, y me preguntareis, ¿cómo se soluciona esto? Intentando dejar de prestar atención a tu físico y ponerte cualquier cosa, en menos de una hora se nos habrá pasado el berriche de niñas tontas y veremos que eso no tiene importancia.
Esto me lo enseñó mi novio, os dije que a él le gusta la Blanca silenciosa, discreta, que no deja huella cuando pasa por la calle. Y lleva toda la razón, ¿por qué le damos tanta importancia a la imagen? Nos puede gustar la moda, el maquillaje, el vernos guapas delante de un espejo, pero no tenemos que enfadarnos ni sentirnos mal porque algún día nos veamos mal.
Si los demás nos quieren  y están a gusto con nosotras ¿qué más da que unas horas nos veamos horribles? No son más que tonterias que con unas horas se pasan, al fin y al cabo somos las mismas.

viernes, 29 de junio de 2012

Capítulo 1


¿Fácil o difícil?

Una de las cosas cotidianas de la vida cuando te despiertas por las mañanas es vestirse. Cuando me levanto por la mañana miro mi perchero con toda la ropa en las perchas ordenada por colores, bien planchada y con olor a vainilla, y lo primero que hago es elegir como quiero ir ese día. Lo dejo preparado encima de la cama y voy al baño a ducharme, lavarme los dientes, maquillarme y peinarme.

Dependiendo de la ropa que elija soy una Blanca u otra. Para que me entendáis con claridad, cambio mucho dependiendo del estilo. Y preguntarais, ¿y cómo se nota eso? Pues cuando camino por la calle me fijo en las miradas. ¿Nunca habéis notado que os mira la gente por la calle por que le llamas la atención en buen sentido? Pues a eso me refiero.
Con solo saber tus cualidades físicas las puedes explotar al máximo. Por ejemplo si alguien tiene el pecho bonito, un buen escote seguro que deja sin aliento a cualquiera. Si alguien tiene las caderas demasiado prominentes con taparlas con un vestido con vuelo ni se notan.
A si que conociendo mis puntos fuertes y los débiles puedo sacarme mucho partido. Si elijo algo de ropa llamativa que resalta mis cualidades físicas, como por ejemplo un vestido entallado de la cintura, que me marca esa cinturilla tan pequeña que tengo, me quedará mucho mejor que un simple vestido ancho sin forma.
Y si además le prestamos atención al color podemos hacer una combinación de ropa explosiva.
A si que, podemos elegir ir por la calle sin dejar rastro o ir dejándolo.
¿Y cómo se hace eso preguntareis? 
Para no dejar rastro hay que ser casi invisible, ser normal, mediocre, del montón. Eso lo conseguiremos con prendas que ni resalten nuestros encantos físicos ni los escondan. Prendas habituales, con colores claros que no llamen la atención. Por ejemplo: unos vaqueros largos con zapato plano o zapatilla y una camiseta de manga corta gris o beige y una coleta despeinada.
Para dejar rastro, muchas combinaciones, pero digo una al azar: pantalón vaquero oscuro, camiseta o camisa de un color que llame nuestra atención: blanco nuclear, negro, violeta, verde vivo… y nunca puede ser una camiseta cerrada hasta el cuello, no, tiene que ser algo sutil pero que no se pase. Unos tacones, unas cuñas, botines. Pelo suelto por supuesto, reloj elegante, un buen bolso grande para meter todas nuestras cosas y hay que elegir entre pendientes o collar.

Dependiendo de lo que elija me convierto en la Blanca invisible y silenciosa o en la Blanca que deja rastro.
Mi novio se enamoró de la Blanca que no deja rastro, con lo que cuando me convierto en la Blanca que deja rastro no le gusta demasiado, me ve rara.
¿Y realmente como me gusta ser? ¿La Blanca invisible y silenciosa, o la Blanca que deja rastro? No lo se.
A si que a veces me resulta realmente raro despertarme por la mañana y elegir la ropa, y me digo a mi misma que la ropa es solo tela que nos cubre para no ir desnudos a si que vosotros que pensáis es ¿fácil o difícil vestirse por las mañanas?